Mireya Justicia.
Es común, cotidiano y a menudo convivimos rodeados de ellos. Es el peor mal de los comerciantes quienes mensualmente destinan un porcentaje a su erradicación y limpieza. De hecho, es el propio Gobierno de cada provincia el que anualmente destina un incremento en los servicios de limpieza para su eliminación de fachadas de edificios públicos y demás patrimonio de la ciudad.
Pero ¿hasta qué punto es un problema y no un arte? La diferencia es clara. Todo depende del artista, de su obra y del lienzo que escoja para plasmarla.
Foto de letangi_bertin. |
Son muchos los 'grafiteros' que demandan más espacio en las ciudades para poder ejercer con libertad lo que para ellos es un arte. Expresar ideas y pensamientos, ese es el objetivos de todos aquellos que 'spray' en mano se dedican a recorrer la calle buscando el escenario más idóneo. Y este fin es, en definitiva, el mismo que tuvo en sus orígenes la misma música que dio lugar a este movimiento: el hip-hop.
La identificación de un grupo y unos valores hicieron subir como la espuma la popularidad de estas impresiones sobre pared. Unas técnicas que muchos jóvenes norteamericanos llevaron a las calles con la finalidad de sentirse identificados con una cultura en concreto.
Esta moda, lejos de morir como tal, se expandió y exportó a otros países quienes la adptaron y modelaron dentro de sus propias raíces.
Pero el problema llegó cuando este 'Art Graffiti', extraído de la música de las calles americanas, el hip-hop de los 70 y 80, se comenzó a dividir en tres formas distintas: el 'Tag', escrito en un estilo único y personalizado de monocolor; el 'Throw-up', que comprende de letras, palabras o un listado de nombres en dos colores únicos; y el 'Piece', que es el más elaborado y donde -mínimo- se utilizan tres colores y se necesita de varios días para poder terminarlo al completo.
Estas tres modalidades identificaban, en esencia, a un grupo y físicamente no demostraban demasiado a la vista. Tan sólo unos trazos bien definidos pero algo abstractos para los ojos de unos vecinos poco acostumbrados a estas obras de arte.
Sin embargo, con el tiempo este estilo se ha definido y derivado a obras mucho más figurativas hasta el punto de crear verdaderos eventos artísticos, revistas y concursos al rededor de estas figuras. Es más, hasta los comerciantes se han sumado a esta moda y, ahora, en vez de dedicar tiempo y dinero a la contratación de servicios de limpieza especializados, se han unido con estos grafiteros para -por un lado- evitarse más problemas y -en segundo lugar- crear una estética diferente en las paredes y persianas de sus locales, principal reclamo de estos artístas.
Ahora, saber si se trata de saber si es un arte callejero o unos simples rayajos dependerá de los ojos de quien mire...
"Ser consciente de la propia ignorancia
es un gran paso hacia el saber"
Benjamin Disraeli. (Escritor y erudito, 1804-1881)
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