• El Consell Valencià a subasta

    Myrna Solera.

    “Hay que dar un paso adelante y pasar página. Tenemos que pensar en lo que podemos ofrecer en un escenario distinto al que hemos vivido”. Con estas palabras el President de la Generalitat Valenciana, Albert Fabra, rompía filas con los últimos resquicios de su antecesor Francisco Camps. En el nuevo contexto sólo tres de los diez consejeros nombrados por el expresidente continúan: el vicepresidente José Císcar, el Consejero de Gobernación, Serafín Castellano, que ahora asume las responsabilidades del área de Justicia y la titular de Infraestructuras, Isabel Boing, paisana del Presidente.

    Nueva estructura organizativa de la Generalitat Valenciana.  ElPaís
    Matices aparte, parece que una nueva ola de optimismo o de “brotes verdes”, como diría el ex presidente Zapatero, invade el gobierno valenciano. El descenso del paro, la creación de nuevas empresas y el compromiso por parte del Ministerio de Hacienda de que la Generalitat Valenciana podrá acceder a cantidades sobrantes del Fondo de Liquidez autonómico si cumple los objetivos estipulados son sólo algunas de las razones que justifican el buen talante popular.

    A estas alturas no cabe duda que los acontecimientos han precipitado el nuevo mapa organizativo de la Generalitat Valenciana. Tras la caída del Consejero de Hacienda, José Manuel Vela, ahogado por uno de los casos de corrupción que afectan al Partido Popular y en pleno debate sobre el proyecto de Presupuestos el resultado ha sido, cuanto menos, predecible. Al margen de las especulaciones, lo realmente importante para los valencianos no gira en torno al número de consellerías sino a la estructura gubernativa que plantea el President y al “modus operandi” de sus responsables orgánicos.

    En medio de toda esta vorágine el principal partido de la oposición no ha dudado en tildar las actuales medidas como “improvisadas, insuficientes y forzadas por los acontecimientos”, en palabras del secretario general del PSPV-PSOE Ximo Puig, quien resaltó la necesidad de un cambio “más profundo” en la estructura organizativa de la Generalitat. Por su parte la Coalició Compromís con Enric Morera a la cabeza considera la medida de Fabra como “insuficiente” considerando exacerbado las declaraciones del President sobre la mejora de las expectativas de la Generalitat en vistas al panorama “dramático” que están viviendo los ciudadanos.

    Una cosa es segura, si alguien gana peso en este nuevo escenario político es la figura del Vicepresident de la Generalitat, José Císcar. A su responsabilidad como mano derecha de Fabra se suma ahora las competencias de la extinta Consejería de Agricultura, Pesca, Alimentación y Agua y, hasta la inminente toma de posesión de los nuevos cargos, las funciones de Hacienda y Administraciones Públicas que incorporó tras la salida de Vela. Además en este nuevo ciclo político la Conselleria de Economía e Industria cobra un papel especial asumiendo las competencias de las áreas de Turismo y Empleo lo que se traduce en más responsabilidad pero también mayor consistencia con el objeto político de su Conselleria. Por el momento habrá que esperar por lo menos hasta el lunes para ver cómo se resuelven el resto de administraciones y qué competencias naufragan a la deriva. Una premisa está clara: la subasta política de la Generalitat es ya inminente.

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